La implantación de válvula aórtica transcatéter (TAVI) ha emergido como una opción de tratamiento establecida en pacientes con estenosis aórtica sintomática. Los desarrollos técnicos en el diseño de las válvulas han abordado limitaciones previas como la implantación subóptima, las alteraciones de la conducción y las fugas paravalvulares. La selección del tipo de válvula es crucial y debe basarse en consideraciones clínicas individuales, incluyendo la anatomía del paciente y la experiencia del equipo médico. En la actualidad, TAVI se realiza cada vez más utilizando anestesia local con sedación consciente o incluso solo anestesia local, debido a que los datos de registros sugieren menor morbimortalidad, estancias más cortas en UCI e intrahospitalarias y tiempos de procedimiento más cortos. Sin embargo, se desconoce el impacto de la estrategia anestésica en los resultados clínicos durante el seguimiento a largo plazo.

Se trata de un estudio multicéntrico, abierto, factorial 2 × 2, aleatorizado, con 447 pacientes con estenosis aórtica sometidos a TAVI transfemoral, comparando prótesis autoexpandibles (SEV) versus balón expandibles (BEV) bajo sedación consciente versus anestesia general.

El criterio de valoración compuesto principal de eficacia para comparar el tipo de válvula incluyó mortalidad por cualquier causa, accidente cerebrovascular (ACV), regurgitación de la válvula protésica (PVL) moderada/severa y la implantación de marcapasos permanente (PPI) a los 5 años. El criterio de valoración principal para comparar la estrategia anestésica fue el compuesto de mortalidad por todas las causas, ACV, infarto de miocardio (IM) e injuria renal aguda (IRA) a los 5 años.

En cuanto a la estrategia del tipo de válvula, el criterio de valoración compuesto primario fue similar entre los grupos sin diferencias significativas: 67.7% en el grupo Evolut R y 63.4% en el grupo Sapien 3 (p=0.34). Las tasas de eventos para los componentes individuales fueron las siguientes: mortalidad por cualquier causa 41,5% en el grupo SEV vs 54,3% en el grupo BEV (p=0.87), ACV 4,8% en el grupo SEV versus 15,5% en el grupo BEV (p=0.001), PVL moderada a severa 9% en el grupo SEV versus 5,8% en el grupo BEV (p=0.25) y PPI 29,6% en el grupo SEV versus 22,8% en el grupo BEV (p=0.12).

En cuanto a la estrategia de anestesia, el criterio de valoración primario fue similar entre los grupos sin diferencias significativas: 53,6% en el grupo SEV versus 64.1% en el grupo BEV (p=0.06). Las tasas de eventos para los componentes individuales fueron las siguientes: mortalidad por cualquier causa 41.5% en el grupo SEV versus 54.3% en el grupo BEV (p=0.02), ACV 8.1% en el grupo SEV versus 12.2% en el grupo BEV (p=0.56), IM 1.0% en el grupo SEV versus 1.7% en el grupo BEV (p=0.69) e IRA 23.4% en el grupo SEV versus 19.9% en el grupo BEV (p=0.88).


Conclusión
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En cuanto a la estrategia anestésica en TAVI, la sedación consciente y la anestesia general presentaron resultados similares en cuanto al punto final primario combinado a los 5 años. Sin embargo, la mortalidad por todas las causas fue significativamente más baja en el grupo sedación consciente.

TÍTULO ORIGINAL: Impact of valve type and anaesthesia strategy for TAVI – 5-year results of the SOLVE-TAVI trial.

Dra. Giuliana A. Supicciatti
Miembro del Comité Editor CACI