A pesar de los avances tecnológicos y las continuas mejoras en el procedimiento de reemplazo valvular aórtico percutáneo (TAVI), el accidente cerebrovascular (ACV) sigue siendo una complicación temida del procedimiento, con consecuencias potencialmente devastadoras. Los dispositivos de protección cerebral (DPC) se han desarrollado en un intento de mitigar este riesgo. Aunque los primeros DPC fueron aprobados hace más de 6 años, los datos sobre la capacidad para mejorar los resultados clínicos siguen siendo inconclusos. El ensayo PROTECTED-TAVR que aleatorizó 3.000 pacientes sometidos a TAVI transfemoral con uso de DPC Sentinel (Boston Scientific) vs sin DPC, encontró que el uso de DPC no redujo el ACV perioperatorio (resultado principal del estudio), pero se asoció con una reducción del ACV discapacitante. En este estudio, Neel M. Butala y colaboradores, utilizaron los datos del registro STS/ACC TVT para examinar la asociación entre el uso de DPC y el ACV discapacitante.

Se trata de un estudio observacional, multicéntrico en el que se incluyeron 414.649 pacientes sometidos a TAVI del registro STS/ACC TVT de 808 sitios, entre enero de 2018 y junio de 2023.

El resultado principal fue el ACV discapacitante intrahospitalario, definido como un ACV asociado con muerte intrahospitalaria o alta a una ubicación distinta al hogar.

La proporción de todos los procedimientos TAVI que utilizaron DPC aumentó de manera constante del 5% en el primer trimestre de 2018 al 15% en el tercer trimestre de 2020. Luego se estabilizó hasta el cuarto trimestre de 2022, cuando disminuyó al 12% tras la publicación del ensayo PROTECTED-TAVR. Del total de pacientes, 53.389 (12.9%) recibieron un DPC Sentinel. Las características basales de los pacientes que recibieron un DPC y los que no lo recibieron fueron generalmente similares, aunque los pacientes que recibieron un DPC tenían más probabilidades de haber tenido una válvula aórtica bicúspide o un procedimiento o reemplazo de válvula aórtica previo y más probabilidades de haber recibido sedación consciente (en lugar de anestesia general).

En los análisis no ajustados, el uso de DPC se asoció con tasas más bajas de ACV discapacitante intrahospitalario (0.7% vs 0.9%, p<0.01) y ACV intrahospitalario (1.2% vs 1.4%, p=0.03). En el análisis ponderado por propensión, el uso de DPC se asoció con una reducción significativa tanto en el ACV discapacitante (OR 0.79; IC del 95%: 0.70-0.90) como en el ACV intrahospitalario (OR 0.84, IC del 95%: 0.76-0.94). En análisis exploratorios de subgrupos el uso de DPC se asoció con una reducción significativa en el ACV discapacitante entre los pacientes con antecedentes de ACV previo (RR 0.59, IC del 95%: 0.27-0.92), pero no entre aquellos sin antecedentes de ACV previo (RR 0.92, IC del 95%: 0.77-1.08; p=0.03 para la interacción).

Conclusiones:

En este extenso estudio observacional, el más grande hasta la fecha, el uso de dispositivos de protección cerebral en TAVI se asoció con una pequeña reducción en el ACV discapacitante, siendo más notable en pacientes con antecedentes de ACV previo. Estos hallazgos proporcionan evidencia que respalda un verdadero beneficio clínico del uso de DPC en TAVI, limitado a la prevención del ACV discapacitante.

Dra. Giuliana A. Supicciatti
Miembro del Comité Editor CACI

Título original: Impact of Cerebral Embolic Protection Devices on Disabling Stroke After Transcatheter Aortic Valve Replacement: Updated Results from the STS/ACC TVT Registry
Butala et al. Cardiovascular Interventions. 2024;0