La enfermedad vascular periférica (EVP) es una causa frecuente de morbimortalidad a nivel global y con una prevalencia creciente. En este contexto, las estrategias de revascularización terapéutica son de vital importancia a fin de prevenir la amputación del miembro afectado y mejorar parámetros relacionados a la calidad de vida.

Diversos estudios han demostrado que la presencia de marcada calcificación del lecho vascular se asocia a una peor permeabilidad a largo plazo, presentando un efecto deletéreo mediante la reducción del beneficio de los dispositivos liberadores de droga. Así, se han desarrollado numerosos dispositivos de aterectomía con el fin de modificar o deshostilizar las estenosis, permitiendo así una adecuada expansión de los balones o stents y una mejor transferencia de la droga anti-estenótica. Hasta la fecha, no se dispone de evidencia en términos de la seguridad de la aterectomía utilizada en intervenciones endovasculares periféricas (IEP).

El objetivo del presente estudio realizado por Anna K. Klawisz y colaboradores del Beth Israel Deaconess Medical (Boston, USA) fue analizar la seguridad a largo plazo de la utilización de aterectomía en IEP mediante los dispositivos contemporáneos.

Se analizó con este propósito una cohorte de pacientes pertenecientes a una base de datos de los Estados Unidos, sometidos a una IEP del segmento vascular femoropoplíteo e identificando al subgrupo con utilización de aterectomía. Se analizó como objetivo primario a los eventos adversos mayores asociados al miembro (MALE), y al compuesto de amputación y mortalidad por todas las causas en el seguimiento.

Se incluyeron un total de 168.553 pacientes, con una edad promedio de 77.0±7.6 años y un 44.9% de sexo masculino. A su vez, del total de la cohorte analizada, el 35.1% fue sometido a un procedimiento de aterectomía (n=59142). Luego del ajuste por potenciales variables confundidoras, y con una mediana de tiempo de seguimiento de 993 días, no se observó una diferencia estadísticamente significativa en términos de ocurrencia de MALE (HR ajustado 1.02 [IC95% 0.99-1.05]; p=0.26), o el compuesto de muerte total y amputación (HR ajustado 0.99 [IC95% 0.97-1.01]; p=0.19) entre el subgrupo con o sin aterectomía durante la IEP, respectivamente.

El subgrupo de pacientes sometidos a una aterectomía durante IPE presentó una modesta reducción en el riesgo de amputación subsiguiente o revascularización quirúrgica (HR ajustado 0.92 [IC 95% 0.90-0.94]; p<0.01), con un incremento concomitante en el riesgo de requerimiento de IPE subsecuente (HR ajustado 1.19 [IC95% 1.16-1.21]; p<0.01).

Conclusiones

En pacientes con enfermedad vascular periférica con requerimientos de un procedimiento de intervencionismo endovascular percutáneo, la utilización de aterectomía no se vinculó a un incremento significativo del riesgo de eventos clínicos adversos en el seguimiento.

Dr. Cristian M. Garmendia
Miembro del Comité Editor CACI

Título original: Long-term outcomes of peripheral atherectomy for femoropopliteal endovascular interventions
DOI: 10.4244/EIJ-D-22-00609