Diversos registros han demostrado que, en pacientes con enfermedad coronaria aterosclerótica, la nefropatía inducida por contraste (NIC) es un evento adverso frecuente luego de una revascularización percutánea mediante angioplastia transluminal coronaria (ATC). En este contexto, y considerando que la NIC se asocia a una peor evolución clínica en el seguimiento, es de vital importancia identificar estrategias de nefroprofilaxis periprocedimiento.

Se ha demostrado que, mediante ciclos breves de isquemia-reperfusión en un órgano o tejido distante, se puede lograr una reducción del impacto deletéreo de un evento isquémico agudo mediado por la injuria de isquemia-reperfusión. A este fenómeno se lo conoce como preacondicionamiento isquémico remoto (PIR), y ha evidenciado un beneficio en términos de protección de órganos como el corazón, riñón, pulmón, cerebro e intestino. Además, se ha demostrado que el PIR reduce la ocurrencia de NIC en pacientes sometidos a angiografía coronaria o ATC, aunque este efecto se ha observado principalmente en aquellos con filtrado glomerular reducido e inmediatamente antes del procedimiento.

El objetivo del presente estudio realizado por Ping Jia y colaboradores del Shanghai Medical Center of Kidney (China) fue analizar el beneficio clínico del PIR en la reducción de la NIC en pacientes sometidos a coronariografía o ATC, y la relevancia del intervalo de administración.

Con este propósito, se llevó a cabo un estudio multicéntrico aleatorizado y controlado por procedimiento simulado (sham) doble ciego, que incluyó pacientes sometidos a cinecoronariografía o ATC electiva entre abril de 2019 y julio de 2021. La cohorte fue aleatorizada en una relación 1:1 al grupo de PIR ‘demorado’ o al grupo de procedimiento sham, administrados 24 horas antes de la cinecoronariografía o ATC. El procedimiento de PIR consistió en 4 ciclos de insuflación de un manguito de presión en el miembro superior durante 5 minutos a 200 mmHg (cuando la presión arterial sistólica [PAS] era >150 mmHg) o a 50 mmHg por encima de la PAS cuando esta era ≤150 mmHg. Estos ciclos de insuflación fueron seguidos por 4 ciclos de desinsuflación. El objetivo primario fue la ocurrencia de NIC, definida como un incremento de la creatinina plasmática de ≥0.3 mg/dL respecto al valor basal a las 48 horas del procedimiento índice.

Se incluyeron en el análisis un total de 501 pacientes, con una edad promedio de 74 años y un 72% de sexo masculino. En cuanto al objetivo primario, se observó que el subgrupo sometido al procedimiento de PIR ‘demorado’ presentó una menor ocurrencia de NIC en comparación con el grupo sometido al procedimiento sham, con una diferencia estadísticamente significativa entre ambos grupos (3.2% vs. 7.6%; OR 0.4 [IC95% 0.17-0.94]; p=0.03).

El análisis de subgrupos evidenció una asociación entre el PIR ‘demorado’ y la reducción de la NIC en pacientes ≥60 años (3.7% vs. 8.3%; p=0.049), sin patología renal crónica previa (2.7% vs. 7.3%; p=0.031), con fracción de eyección ventricular izquierda <50% (2.6% vs. 18.2%; p=0.049) y en quienes recibieron un volumen de contraste ≥100 mL (2.9% vs. 8.8%; p=0.047).

 

Conclusiones

En pacientes con enfermedad coronaria aterosclerótica sometidos a cinecoronariografía o angioplastia transluminal coronaria, el procedimiento de preacondicionamiento isquémico remoto se asocia a una reducción de la nefropatía inducida por contraste periprocedimiento.

 

Dr. Cristian M. Garmendia
Miembro del Comité Editor CACI

 

Título original: Remote ischaemic pre-conditioning, kidney injury, and outcomes after coronary angiography and intervention: a randomized trial.

Cita: Jia P, et al. European Heart Journal, ehaf135.

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