La revascularización percutánea mediante angioplastia transluminal coronaria (ATC) con implante de un stent liberador de fármacos (DES) es la estrategia de abordaje terapéutico de elección para pacientes seleccionados portadores de enfermedad coronaria aterosclerótica. Así, e independientemente del avance en las tecnologías y técnicas de implante de los stents, la reestenosis intrastent (RIS) continúa siendo un escenario clínico desafiante y con una prevalencia no despreciable.
En la búsqueda de la mejor estrategia de tratamiento para la RIS, diversos estudios han demostrado que la ATC con balones recubiertos con drogas (DCB) son una estrategia segura y eficaz en este escenario clínico. A su vez, existen disponibles en el mercado distintas tecnologías de DCB, dentro de las cuales los DCB de última generación recubiertos con sirolimus (DCBs) se encuentran en una etapa de evidencia científica creciente. Hasta la fecha, no se han contrastado las implicancias clínicas de la ATC con DBCs, en relación a la ATC con implante de stent DES de última generación, en pacientes portadores de una RIS.
El objetivo del presente estudio realizado por Wojciech Wańha y colaboradores del Medical University of Silesia (Polonia) fue analizar la eficacia de la ATC con DCBs, en relación a la ATC con stent DES de última generación, en el escenario clínico de la RIS.
Se realizó con este propósito un análisis de la cohorte de los registros EASTBOURNE y DEB-DRAGON de pacientes portadores de una RIS sometidos a revascularización mediante ATC. Se identificó dentro de la cohorte muestral a los pacientes sometidos a ATC mediante DCBs o DES de última generación, respectivamente, y se analizó como objetivo primario a la ocurrencia de la revascularización de la lesión objetivo (‘target lesion revascularization’ [TLR]) con un periodo de seguimiento de 24 meses desde el procedimiento terapéutico índice. Como objetivo secundario se analizó a los eventos cardiovasculares adversos mayores, la muerte por cualquier causa e infarto agudo de miocardio (IAM).
Se incluyeron para el análisis un total de 1.545 pacientes (1.679 RIS). Del total de casos incluidos, el 40.2% de los pacientes (n=621, 621 lesiones) fueron tratados mediante ATC con stent DES de struts finos, mientras que el 59.8% de los pacientes (n=924, 1045 lesiones) fueron tratados mediante ATC con DCBs, respectivamente. Mediante el análisis de las cohortes no pareadas, no se observaron diferencias estadísticamente significativas en términos de TLR entre ambos subgrupos de interés (DES 10.8% vs. DCBs 11.8%; p=0.568); sin embargo, se observó una tendencia a menor ocurrencia de IAM (DES 7.4% vs. DCBs 5.0%; p=0.062), y eventos cardíacos adversos mayores (DES 20.8% vs. DCBs 17.1%; p=0.072) en el subgrupo de pacientes sometidos a ATC con DCBs.
Luego de un análisis de sensibilidad mediante pareamiento por score de propensión (n=335 por subgrupo de interés), no se observaron diferencias estadísticamente significativas en términos de la ocurrencia de TLR entre ambos subgrupos (11.6% vs. 11.8%; p=0.329). Tampoco se observaron diferencias significativas en términos de la ocurrencia de revascularización del vaso objetivo (‘target vessel revascularization’ [TVR], 14.0% vs. 13.1%; p=0.822), IAM (7.2% vs. 4.5%; p=0.186), muerte por cualquier causa (5.7% vs. 4.2%; p=0.476) y eventos cardíacos adversos mayores (21.5% vs. 17.6%; p=0.242).
Conclusiones:
En pacientes sometidos a una angioplastia transluminal coronaria de una reestenosis intrastent, no se observaron diferencias estadísticamente significativas entre la utilización de stents DES de última generación y los balones recubiertos con sirolimus, en términos de requerimiento de revascularización de la lesión objetivo (TLR) a 24 meses de seguimiento.
Dr. Cristian M. Garmendia
Miembro del Comité Editor CACI
Título original: Long-Term Outcomes Following Sirolimus-Coated Balloon or Drug-Eluting Stents for Treatment of In-Stent Restenosis
Wańha W, et al. Circ Cardiovasc Interv 2024 Jul 25:e014064