La enfermedad arterial periférica (EAP) o también llamada arteriopatía periférica, es una afección común que se produce por estrechez de las arterias que llevan la sangre hacia los brazos o más frecuentemente las piernas. Estas estrecheces u obstrucciones se generan principalmente por depósitos grasos en las arterias (denominado ateroesclerosis). Se estima que la EAP afecta aproximadamente a 200 millones de personas en todo el mundo y es la tercera causa de morbimortalidad cardiovascular luego del infarto de miocardio y el accidente cerebrovascular (ACV). Las formas graves de esta enfermedad, sin tratamiento, pueden llevar a un alto riesgo de amputación y muerte.
FACTORES DE RIESGO PARA DESARROLLAR EAP:
Los principales factores de riesgo para desarrollar EAP son la hipertensión arterial, la diabetes, el colesterol alto, la edad avanzada, la obesidad, el consumo de tabaco, el sedentarismo y tener familiares con historia de EAP, enfermedad cardíaca o ACV.
¿CUALES SON LOS SÍNTOMAS DE LA EAP?
Es importante reconocer que una gran parte de los pacientes con EAP puede presentarse de manera asintomática o con síntomas leves. La ausencia de síntomas no significa ausencia de enfermedad. Un alto porcentaje de pacientes con EAP no son diagnosticados hasta que desarrollan complicaciones graves.
SÍNTOMAS EN LA ETAPA INICIAL:
Dolor, calambres, pesadez o debilidad en la pierna al caminar o subir escaleras que desaparece con el reposo. Este es el síntoma más característico y se denomina “Claudicación Intermitente” o “Síndrome del mirador de vidrieras”. Este término se utiliza porque las personas que lo padecen tienden a detenerse repetidamente mientras caminan, a menudo simulando mirar vidrieras para descansar y aliviar el dolor en las piernas.
SÍNTOMAS EN ETAPAS AVANZADAS:
Dolor constante en reposo, especialmente en la parte distal de la extremidad (pie o dedos), sensación de frío en la parte inferior de la pierna o el pie, cambios de coloración de la piel que puede tornarse azulada, pérdida de vello en la pierna o el pie, úlceras y en casos severos, el tejido puede morir debido a la falta de oxígeno, llevando a gangrena, que podría requerir amputación.
¿CÓMO SE DIAGNOSTICA LA EAP?
Dentro de las pruebas para la detección de la EAP se encuentran el análisis de sangre para saber si existen factores de riesgo como el colesterol alto, el índice tobillo-brazo que compara la presión arterial en el tobillo con la del brazo y el resultado nos permite sospechar la presencia de EAP, la ecografía de las piernas y el cateterismo o angiografía para confirmar la enfermedad.
¿CÓMO SE TRATA LA EAP?
El tratamiento de la enfermedad arterial periférica (EAP) se basa en adoptar hábitos saludables, como dejar de fumar, mantener una dieta equilibrada, y realizar ejercicio regular, especialmente caminatas supervisadas, que mejoran la circulación en las piernas. Además, los médicos suelen recetar medicamentos como aspirina o clopidogrel para prevenir coágulos, estatinas para controlar el colesterol, y fármacos específicos para aliviar el dolor al caminar. En casos más avanzados, pueden ser necesarias intervenciones como la angioplastia con stent o balón o la cirugía de bypass para restablecer el flujo sanguíneo.
La angioplastia de miembros inferiores es una intervención mínimamente invasiva que se realiza mediante un cateterismo y permite mejorar el flujo sanguíneo en pacientes con enfermedad arterial periférica (EAP). Para ello, se utilizan balones o stents con el fin de desobstruir las arterias bloqueadas. El objetivo principal es reducir el dolor asociado con la falta de circulación, lo que mejora la movilidad y la calidad de vida del paciente. Sin embargo, es fundamental combinarla con cambios en el estilo de vida y el tratamiento médico adecuado para obtener los mejores resultados a largo plazo.
CONCLUSIONES:
Si presentas factores de riesgo o síntomas como dolor en las piernas al caminar o subir escaleras, consulta a tu médico. Detectar la enfermedad arterial periférica a tiempo y adoptar un estilo de vida saludable, junto con el tratamiento adecuado, puede mejorar tu calidad de vida y prevenir complicaciones graves.
Dra. Giuliana A. Supicciatti
Miembro del Comité Editor CACI