Los stents “bioabsorbibles” son consideradas una de las promesas más revolucionarias de los últimos tiempos en la cardiología intervencionista, luego del desarrollo de los stents liberadores de drogas.

Se trata de un stent que “desaparecería” en el plazo aproximado de 3 años desde su implantación.

Se han realizado estudios que han demostrado buenos resultados en comparación con los stents más modernos utilizados actualmente, aunque todavía presentan algunas limitaciones y complicaciones que impiden todavía su uso en la práctica diaria.

Seguramente las investigaciones continuarán intensamente en estas direcciones, con el objetivo de seguir mejorando el tratamiento de la enfermedad coronaria y la calidad de vida de nuestros pacientes.