La enfermedad vascular periférica o enfermedad arterial periférica (EAP) es un problema circulatorio frecuente en el que se ve reducido el flujo sanguíneo de las extremidades inferiores de manera significativa. Usualmente es causada por el depósito de grasa (aterosclerosis) en las arterias de que irrigan esos tejidos.
Generalmente suele pasar desapercibida durante muchos años (asintomática), hasta que la irrigación llega a ser realmente insuficiente y las manifestaciones comienzan a ser cada vez más notorias:
La enfermedad arterial periférica suele estar asociada con los siguientes factores de riesgo:
A menudo, la enfermedad arterial periférica puede ser controlada con simples cambios del estilo de vida tales como el dejar de fumar, hacer ejercicio regularmente y dieta adecuada, sumado al tratamiento médico de los factores de riesgo ya mencionados.
En casos de mayor gravedad de obstrucción a la circulación o limitaciones de la calidad de vida, existen alternativas (más invasivas) para poder mejorar la situación clínica de los pacientes, como la angioplastia (con balón y/o stents) realizada por cateterismo o la cirugía de bypass de la arteria afectada.