En pacientes con estenosis aórtica severa sintomática, el reemplazo valvular aórtico percutáneo (TAVI) se ha convertido en una de las principales estrategias de abordaje terapéutico. Dado que el grupo de pacientes candidatos a TAVI incluye individuos de diversos rangos etarios y de riesgo quirúrgico, se observa una elevada prevalencia de enfermedad coronaria aterosclerótica (ECA) concomitante, por lo que su diagnóstico precoz es de vital importancia para implementar medidas terapéuticas individualizadas.

A pesar de los esfuerzos para la detección temprana de la ECA, se observó que un subgrupo significativo de pacientes requiere un procedimiento de revascularización coronaria percutánea durante el seguimiento posterior a un TAVI. Este procedimiento puede verse dificultado técnicamente por el posicionamiento de la prótesis en la posición aórtica, y resulta aún más complejo realizar una cateterización coronaria selectiva en situaciones de emergencia clínica. Por lo tanto, es crucial identificar los factores relacionados con la necesidad de intervención coronaria en el seguimiento posterior a un TAVI.

El objetivo del presente estudio, realizado por Asa Phichaphop y colaboradores del Minneapolis Heart Institute Foundation (EE.UU.) fue analizar la incidencia, los factores predictores de riesgo y el impacto clínico de la angiografía coronaria no planificada después de un TAVI.

Para ello, se llevó a cabo un estudio unicéntrico observacional retrospectivo que incluyó a pacientes con estenosis aórtica severa sintomática sometidos a TAVI entre julio de 2015 y diciembre de 2021. Se analizó la ocurrencia de angiografías coronarias no planificadas durante el seguimiento, así como el éxito del procedimiento en caso de requerirse una revascularización mediante angioplastia transluminal coronaria (ATC).

En el análisis se incluyeron un total de 1444 pacientes. La edad promedio de la población de estudio fue de 81 años, con un 59% de sexo masculino. Del total de la cohorte analizada, el 6,7% fue sometido a una angiografía coronaria post-TAVI, de las cuales el 45% se realizó dentro del primer año. La indicación más frecuente de la angiografía coronaria fue el síndrome coronario agudo (3,3%).

Se observó que el subgrupo de pacientes con diagnóstico de ECA previo al TAVI (50,1%) presentó una mayor necesidad de angiografías coronarias no planificadas post-TAVI en comparación con el subgrupo sin ECA previa, mostrando una diferencia estadísticamente significativa entre ambos grupos (10,5% vs. 2,9%; p<0,001). Además, mediante un análisis multivariado, se identificaron como factores asociados a la necesidad de revascularización no planificada la edad (>75 años, HR 0,46 [IC95% 0,30-0,71]; p<0,001), el gradiente medio transvalvular aórtico (HR 0,82 [IC95% 0,68-0,98]; p=0,031), la necesidad de diálisis (HR 2,68 [IC95% 1,07-6,74]; p=0,036) y la presencia de ECA previa (HR 2,96 [IC95% 1,76-4,98]; p<0,001). Estos factores mostraron un área bajo la curva ROC de 0,71-0,77 para la discriminación y predicción de riesgo de angiografía coronaria no planificada a 5 años post-TAVI.

Conclusiones
La angiografía coronaria no planificada ocurre en 1 de cada 15 pacientes sometidos a un TAVI, realizándose principalmente durante el primer año y en la mayoría de los casos en el contexto de un síndrome coronario agudo. Se identificó al antecedente de enfermedad coronaria aterosclerótica como el principal factor predictor de riesgo.

Dr. Cristian M. Garmendia
Miembro del Comité Editor CACI

Título original: Incidence, Predictors, and Outcomes of Unplanned Coronary Angiography After Transcatheter Aortic Valve Replacement.

Cita: Phichaphop A, et al. J Am Coll Cardiol Intv. Oct 23, 2024.

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