Los pacientes con enfermedad valvular aórtica o mitral que son candidatos para intervenciones valvulares transcatéter, incluyendo el reemplazo de la válvula aórtica transcatéter (TAVI) o la reparación mitral transcatéter borde a borde (M-TEER), a menudo presentan regurgitación tricuspídea (RT) concomitante. Trabajos previos han demostrado que la RT severa antes de TAVI y M-TEER se asocia con un mayor riesgo de hospitalización por insuficiencia cardíaca y mortalidad. No obstante, los datos son limitados y un estudio de un solo centro reveló que la RT basal es un predictor significativo de un peor estado de salud después de TAVI, y se asoció con una menor tolerancia al ejercicio después del reemplazo quirúrgico de la válvula mitral. En el presente estudio, Yasser M. Sammour y colaboradores, exploran la asociación entre la RT basal y el estado de salud después de TAVI y M-TEER.
Se trata de un estudio de cohorte retrospectivo observacional en el que se incluyeron pacientes consecutivos sometidos a TAVI y M-TEER inscritos en el Registro STS/ACC TVT, entre el 1 de enero de 2019 y el 30 de junio de 2021, y que tenían datos completos sobre la severidad de la RT basal.
El objetivo principal del estudio fue determinar la asociación entre la RT basal y la sobrevida y el estado de salud a 1 año después de TAVI o M-TEER. Los objetivos secundarios incluyeron el examen de las asociaciones entre la RT basal y los puntajes KCCQ-OS, así como los resultados clínicos a los 30 días y 1 año.
Un total de 130.097 pacientes se sometieron a TAVI aislado y 19.593 se sometieron a M-TEER aislado. En el grupo TAVI, la edad media fue de 79.2 ± 8.3 años, la mediana del puntaje STS fue de 4.0 (Q1-Q3: 2.5-6.5), y el 56.2% eran hombres. En el grupo M-TEER, la edad media fue de 76.9 ± 10.4 años, la mediana del puntaje STS fue de 4.6 (Q1-Q3: 2.7-7.9), y el 54.4% eran hombres. Entre los pacientes que se sometieron a TAVI, el 84.6% tenían RT de leve a nula, el 13.1% tenían RT moderada y el 2.3% tenían RT severa, mientras que entre aquellos que se sometieron a M-TEER, el 52.2% tenían RT de leve a nula, el 33.2% tenían RT moderada y el 14.7% tenían RT severa.
Los puntajes promedio del KCCQ-OS fueron más bajos en pacientes con RT severa en comparación con aquellos con RT moderada y RT de leve a nula al inicio, antes de TAVI (39.4 ± 24.2 vs. 45.2 ± 24.7 vs. 51.3 ± 25.3; P < 0.01) o M-TEER (38.1 ± 23.9 vs. 41.9 ± 24.7 vs. 45.4 ± 25.2; P < 0.01), y de manera similar a los 30 días y 1 año. Las probabilidades de estar vivo y en buen estado a 1 año fueron menores con RT moderada o severa antes de TAVI (OR ajustada: 0.79 [IC 95%: 0.74-0.85] y OR ajustada: 0.81 [IC 95%: 0.70-0.94], respectivamente) y con RT severa antes de M-TEER (OR ajustada: 0.53; IC 95%: 0.40-0.71). Además, la RT moderada o severa antes de TAVI se asoció con una mayor mortalidad y readmisión a 1 año, mientras que la RT moderada o severa antes de M-TEER se asoció con una mayor mortalidad a 1 año.
CONCLUSIONES:
La presencia de regurgitación tricuspídea basal de grado moderado a severo se asocia con peores resultados clínicos en pacientes sometidos a TAVI y M-TEER con mayores tasas de mortalidad y readmisión al año.
Dra. Giuliana A. Supicciatti
Miembro del Comité Editor CACI
TÍTULO ORIGINAL: Association of Baseline Tricuspid Regurgitation With Health Status and Clinical Outcomes After TAVR and Mitral TEER.
CITA: Sammour et al. JACC Cardiovascular Interv. 2024;17:1905–1915.