Diversos estudios han demostrado que el abordaje vascular mediante el acceso radial distal (DRA) es una estrategia segura y factible para la realización de procedimientos de revascularización percutánea. Así, mientras que estudios iniciales han demostrado que el DRA presenta una menor ocurrencia de oclusión de la arteria radial y menos ocurrencia de eventos hemorrágicos en relación al acceso radial convencional (proximal, PRA), hasta la fecha no se ha analizado exhaustivamente la implementación del DRA en pacientes pertenecientes al ‘mundo real’.

El objetivo del presente estudio realizado por Jun-Won Lee y colaboradores del Wonju Severance Christian Hospital (Corea del Sur) fue analizar la seguridad y factibilidad del DRA en los procedimientos de intervencionismo cardiovascular de la práctica diaria.

Se realizó con este propósito el estudio KODRA, un registro prospectivo multicéntrico que incluyó para el análisis pacientes sometidos a una cinecoronariografía (CCG) con DRA palpable. Vale resaltar que la punción del acceso bajo guía ecográfica quedaba a criterio del equipo médico tratante, y el subgrupo de pacientes con requerimiento de angioplastia transluminal coronaria (ATC) continuaban según el protocolo establecido por el centro médico. A su vez, la oclusión de la arteria radial (OAR) fue pesquisada previo al egreso sanatorial y al mes de seguimiento, mientras que la utilización de ecografía quedaba a discreción del equipo médico tratante. Se analizó como objetivo primario a la punción exitosa de DRA, requerimiento de crossover del acceso, complicación relacionada con el sitio de acceso vascular, eventos hemorrágicos y predictores de fallo en la punción.

Se incluyeron para el análisis un total de 4.977 pacientes. La edad promedio de la población muestral fue de 66.4±11.9 años, con un 67.6% de sexo masculino y un 26.2% de angina crónica estable como motivo clínico de presentación predominante. En términos del objetivo primario, la tasa de éxito de los procedimientos de CCG y ATC realizados mediante DRA fue de 100% y 98.8%, respectivamente, contemplando las punciones DRA exitosas (94.4%).

Se observó un requerimiento de crossover hacia otro acceso vascular en el 6.7% de los casos. Dentro del subgrupo con requerimiento de crossover, el 4.2% roto hacia el acceso radial homolateral, mientras que el 1.3% roto a acceso vascular femoral, siendo la falla de la punción el principal motivo de crossover del acceso (5.6%). A su vez, la tasa de oclusión de DRA y PRA objetivada mediante palpación fue de 0.8% y 0.8%, respectivamente, en el seguimiento a un mes desde el procedimiento índice.

La ocurrencia de eventos hemorrágicos asociados al acceso DRA fue de 3.3%, sin evidencia de hematomas complejos determinados por una escala diseñada y validada para tal fin. Mediante un análisis por modelo de regresión logística se identificó a la presencia de un pulso débil (OR 9.994 [IC95% 7.252-13.774]), y a la experiencia del operador (< 100 casos, POR 2.187 [IC95% 1.383-3.456]) como factores predictores del fallo de la punción DRA.

Conclusiones:

En pacientes sometidos a una cinecoronariografía pertenecientes al ‘mundo real’, el acceso vascular radial distal demostró una elevada tasa de éxito y un elevado perfil de seguridad. La presencia de un pulso débil durante la valoración inicial y la experiencia del operador fueron factores predictores de fallo de la punción.

Dr. Cristian M. Garmendia
Miembro del Comité Editor CACI

Título original: Distal Radial Access for Coronary Procedures in a Large Prospective Multicenter Registry: The KODRA Trial
Jun-Won L, et al. J Am Coll Cardiol Intv. 2024,17(3):329–340