Hasta el 65% de los pacientes con síntomas anginosos que se someten a angiografía coronaria invasiva no muestran obstrucciones significativas. Este síndrome se conoce como isquemia con arterias coronarias no obstructivas (INOCA) y es más común en mujeres, asociándose con un mayor uso de servicios de salud, menor calidad de vida y mayor riesgo de eventos cardiovasculares adversos. La causa puede ser por disfunción microvascular coronaria (CMD), espasmo o ambos, y es crucial determinar el mecanismo subyacente para un tratamiento adecuado y alivio de síntomas. En la práctica actual, la evaluación invasiva de la enfermedad microvascular implica diagnósticos basados en alambres para medir la reserva coronaria de flujo (CFR) y la resistencia microcirculatoria. El flujo coronario lento (CSF) se diagnostica visualmente durante la angiografía si se observa un flujo TIMI 2, donde se requieren ≥3 ciclos cardíacos para que el contraste inyectado opacifique completamente el vaso distal. Sin embargo, aún no se ha evaluado la relación entre la evaluación visual del flujo de grado TIMI 2 y el diagnóstico invasivo de CMD basado en alambres de presión. El objetivo de este estudio, realizado por Kenneth L. Harkin y colaboradores, fue determinar si el hallazgo angiográfico de CSF puede ser una herramienta efectiva para identificar pacientes con CMD.

Se trata de un estudio prospectivo en el que se incluyeron 104 pacientes con síntomas de isquemia y/o test de esfuerzo con evidencia de isquemia miocárdica referidos para angiografía coronaria invasiva en el centro NYU Langone Health de Nueva York, entre el año 2018 y 2023.

Se revisó la angiografía coronaria invasiva en busca de CSF, definido como la necesidad de ≥3 ciclos cardíacos para opacificar los vasos distales con contraste. Se realizaron pruebas de fisiología coronaria en la arteria descendente anterior izquierda (LAD) utilizando técnicas de termodilución por bolo para medir la reserva coronaria de flujo (CFR) y el índice de resistencia microcirculatoria (IMR).

La mediana de edad fue de 61.5 años, siendo el 78.8% mujeres. La mediana de CFR fue de 3.6 (RIC 2.5-4.7) y la mediana de IMR fue de 21 (RIC 13.3-28.0). En general, el 24% de los participantes tuvieron CFR anormal, el 34.6% tuvo IMR anormal, y el 48.1% recibió un diagnóstico final de CMD determinada invasivamente. El flujo coronario lento (CSF) estuvo presente en 23 participantes (22.1%). Los pacientes con CSF tuvieron diámetros medios de LAD más grandes que aquellos sin CSF (2.8 mm [RIC 2.6-3.0] vs 2.3 mm [RIC 2.05-2.5], p<0.001). Las proporciones de pacientes con CMD (56.5% vs 45.7%, p=0.36), CFR anormal (17.4% vs 25.9%, p=0.40) e IMR anormal (43.5% vs 32.1%, p=0.31) no fueron diferentes en pacientes con y sin CSF.

Conclusiones:

En pacientes con INOCA, la presencia de flujo coronario lento según la estimación visual, no predice la presencia de CFR anormal, IMR anormal o un diagnóstico final de disfunción microvascular basado en medidas fisiológicas invasivas.

Dra. Giuliana A. Supicciatti
Miembro del Comité Editor CACI

Título original: Visual Estimates of Coronary Slow Flow Are Not Associated with Invasive Wire-Based Diagnoses of Coronary Microvascular Dysfunction
Harkin et al. Circulation: Cardiovascular Interventions. 2024;0