Introducción: las oclusiones totales crónicas tienen una prevalencia de 10% en el total de angiografías realizadas. Estos tipos de procedimientos son muy desafiantes, con una tasa de éxito del 80% a nivel global. Este fracaso de recanalización no solo está asociado a peor calidad de vida en el seguimiento, sino que tienen peor sobrevida en el seguimiento, por lo cual realizar un segundo intento posteriormente es frecuentemente realizado. La modificación de placa (tanto intraluminal como subintimal) con balones convencionales se utiliza como último recurso cuando se fracasa la recanalización, obteniendo múltiples planos de disección que conectan la luz verdadera y falsa. El objetivo de este trabajo es determinar si el uso de balones liberadores de droga tienen un beneficio adicional al mejorar el remodelado del vaso a largo plazo.

Materiales y métodos:

Estudio prospectivo multicéntrico que recopiló datos de pacientes con oclusiones totales crónicas con procedimientos frustros entre octubre de 2018 y de 2021. La selección de utilizar balones liberadores de drogas y balones convencionales fue a discreción de los médicos. El nuevo intento de canalización se realizó a los 3 meses, con un seguimiento al año.

La modificación del placa se realiza avanzando un balón desde el cap proximal hasta el cap distal (idealmente) y dilatando a presión nominal por 1 minuto, con una relación 1:1.

Los puntos finales primarios fueron la seguridad de esta técnica en la segunda intervención (en cuanto a los niveles de radiación y uso de contraste) y la tasa de complicaciones, incluidas la muerte, ACV, infarto de miocardio, cirugía de urgencia, derrame pericárdico y nefropatía inducida por contraste.

Resultados: de las 531 oclusiones totales crónicas incluidas en el estudio, solo 55 (10.3%) fueron frustradas con uso de modificación de placa (investment technique). Se utilizaron balones liberadores de drogas en 40% de los casos y balón convencional en el 60%. La edad promedio fue de 66 años, 80% de sexo masculino y el J-CTO fue >= 2 en el 84% de los casos. La arteria más frecuentemente intervenida fue la coronaria derecha. No hubo diferencias clínicas entre ambos grupos, pero en el grupo de balón convencional fue más frecuente la oclusión de la coronaria derecha y la presencia de cap proximal ‘blunt’. Se utilizaron técnicas anterógradas en el 54% de los casos. La mediana de tiempo entre el primer procedimiento frustro y el segundo fue de 77 días. La tasa de éxito de este segundo procedimiento fue de 86%. 5.7% de los pacientes tuvieron complicaciones peri procedimentales, con 3 perforaciones, resueltas percutáneamente. La mediana de fluoroscopia fue de 47 min y la radiación total fue de 2.6 Gy. No hubo complicaciones peri procedimentales en el grupo balón con droga. No hubo muertes en el segundo procedimiento, así como tampoco ACV, requerimiento de cirugía de urgencia. Entre ambos grupos, el procedimiento fue más corto en el grupo balón con droga, con menor uso de radioscopia, menor uso de contraste y de radiación.

Conclusiones:

La técnica de modificación de placa posterior a una angioplastia frustra de oclusión total crónica es segura y conlleva a una buena tasa de éxito en un segundo procedimiento. Comparativamente, no hubo diferencias clínicas entre el uso de balones con droga y balones convencionales, pero estuvo asociado a un procedimiento más corto posteriormente.

Dr. Juan Guido Chiabrando
Miembro del Comité Editor CACI

Título original: Drug-Coated versus Conventional Balloons to Improve Recanalization of a Coronary Chronic Total Occlusion after Failed Attempt: The Improved-CTO Registry
Amat-Santos, et al. Journal of Interventional Cardiology, 2024, 2797561, 10 pages, 2024.