En las últimas décadas, el reemplazo valvular aórtico percutáneo (TAVI) se ha convertido en una valiosa estrategia terapéutica para paciente portadores de una estenosis aórtica severa, en diferentes rangos etarios y riesgo quirúrgico. En este contexto, en la actualidad existen disponibles en el mercado diversas prótesis valvulares las cuales han ido perfeccionando sus tecnologías a fin de reducir la ocurrencia de eventos clínicos adversos en el seguimiento.

La decisión de la prótesis valvular adecuada se basa principalmente en las características inherentes a cada paciente individual, ya sean parámetros clínicos o anatómicos, considerando que cada tecnología presenta ventajas en diferentes aspectos a considerar, como la ocurrencia de fuga paravalvular (PVL) post implante y trastornos de conducción, entre otros. Hasta la fecha, sólo se han realizado estudios que compararon 2 prótesis valvulares entre sí.

El objetivo del presente estudio realizado por Giuliano Costa y colaboradores del A.O.U. Policlínico G. Rodolico-San Marco (Catania, Italia) fue comparar en forma simultánea la ocurrencia de eventos clínicos adversos entre las 5 prótesis valvulares de segunda y tercera generación mayormente utilizadas para el TAVI en la actualidad.

Se analizó con este propósito a la cohorte de pacientes del estudio OBSERVANT II, un estudio multicéntrico observacional prospectivo que incluyó pacientes consecutivos sometidos a un TAVI. Se incluyó para el análisis pacientes con implante de una prótesis Evolut R o Evolut PRO (Medtronic), SAPIEN 3 (Edwards Lifesciences), ACURATE neo (Boston Scientific), o Portico (Abbott Vascular), estratificando al total de la cohorte en 5 subgrupos de acuerdo a la tecnología implantada. Se analizó como objetivo primario al compuesto de muerte por cualquier causa, accidente cerebrovascular (ACV) y rehospitalización por insuficiencia cardiaca (IC) a un año desde el procedimiento índice.

Se incluyeron para el análisis un total de 2.728 pacientes. La edad promedio de la población muestral fue de 83 años, con un 54% de sexo femenino y un promedio de puntuación de EuroSCORE II de 5.1%. El subgrupo sometido a implante de SAPIEN 3 presentó una menor tasa de PVL, pero un mayor gradiente transvalvular protésico luego del TAVI.

A un año desde el procedimiento índice, no se observaron diferencias estadísticamente significativas en términos del objetivo primario combinado entre los 5 subgrupos de interés (23.9% vs. 24.7% vs. 21.5% vs. 23.7% vs. 27.4%; p=0.56), con una mayor ocurrencia en Portico y una menor ocurrencia en SAPIEN 3. Así, mientras que se observaron tasas comparables de muerte, ACV, IC e infarto agudo de miocardio entre los subgrupos, se observó una diferencia en términos de implante de marcapasos definitivo (19.5% vs. 19.3% vs. 12.5% vs. 14.7% vs. 22.1%; p<0.01), con un menor requerimiento para SAPIEN 3 y un mayor implante en Portico, respectivamente.

Conclusiones

Mediante este análisis de pacientes pertenecientes al ‘mundo real’ sometidos a un TAVI, se observó que la prótesis SAPIEN 3 se asocia a un menor requerimiento de implante de marcapasos definitivo, menor fuga paravalvular y con mayores gradientes transvalvulares protésicos, en relación a las otras tecnologías analizadas.

Dr. Cristian M. Garmendia
Miembro del Comité Editor CACI

Título original: Real-World Multiple Comparison of Transcatheter Aortic Valves: Insights From the Multicenter OBSERVANT II Study
https://doi.org/10.1161/CIRCINTERVENTIONS.122.012294Circulation: Cardiovascular Interventions. 2022;0:e012294