La enfermedad arterial de las extremidades inferiores (LEAD, por sus siglas en inglés) afecta del 12% al 20% de pacientes de 60 años o más. Actualmente, LEAD se trata cada vez más mediante abordajes endovasculares. Tales procedimientos comprenden una variedad de técnicas, incluyendo dilatación con balón (con o sin elución de fármacos) y angioplastia con implante de stent. Sin embargo, la falla tardía del stent, definida como in stent reestenosis (ISR) sintomática y/o trombosis del stent, sigue siendo un problema importante con las generaciones actuales de stents que presentan tasas de reestenosis de aproximadamente 37% al año. Las técnicas de imagen intravascular, como tomografía por coherencia óptica (OCT), permiten el estudio de la naturaleza de los cambios en la íntima después de la implantación del stent. El objetivo de este estudio fue abordar esta falta de conocimiento mediante el análisis del tejido neointimal utilizando OCT.

Se incluyeron 30 lesiones en 24 pacientes consecutivos que presentaban síntomas de ISR y una historia de implantación previa de stent en territorio aortoilíaco y femoropoplíteo, desde junio de 2018 hasta febrero de 2020. Las imágenes intravasculares se obtuvieron mediante angiografía y el sistema de OCT OPTIS Imaging System de Abbott.

La neoaterosclerosis (NA) se definió como la presencia de al menos 1 fibroateroma o placa fibrocalcificada dentro de la neoíntima de un segmento arterial con stent.

Endpoint primario: porcentaje de pacientes que muestran al menos 1 placa NA en ≥5 fotogramas de OCT consecutivos.

La edad media de los pacientes fue de 70,5 años, y el 63% eran de sexo masculino. Todos presentaban claudicación intermitente (Rutherford etapa 2/3; Fontaine clase II). El tiempo medio transcurrido desde la implantación del stent hasta la obtención de imagen con OCT fue de 41 meses (rango: 5-125 meses). Un 42% de los pacientes eran diabéticos. La arteria femoral superficial (SFA) representó el 90% de las lesiones evaluadas en este estudio. Todas las lesiones menos una habían sido tratadas usando un BMS autoexpandible. El índice tobillo-brazo (ITB) promedio previo al procedimiento fue de 0,67±0,21. Después de la adquisición exitosa de OCT, se realizó tratamiento endovascular en todas las lesiones. 25 lesiones fueron tratadas con balón liberador de paclitaxel (DCB) y 4 lesiones fueron tratadas con DCB + BMS autoexpandible. Una sola lesión se trató con balón simple + BMS autoexpandible.

Con respecto a los hallazgos de OCT, la estenosis luminal media en el sitio de NA fue 67,2±18,3%. Se observó NA en el 77% de las lesiones. El hallazgo observado con mayor frecuencia fueron fibroateromas de capa gruesa, presente en todas las lesiones con NA. Dos lesiones mostraron signos de trombo adherido a la superficie luminal de la placa. Las placas fibrocalcificadas estaban presentes en 6 lesiones. El 60% de las lesiones fueron tratadas con DEB entre la implantación del stent y la imagen de OCT. No se encontró relación entre la presencia de NA y el uso previo de DEB (DEB vs no DEB: 83,3% vs 66,7%; p=0,290).

Conclusiones:

Este estudio representa el primer informe sobre el empleo de OCT para evaluar NA en una cohorte de pacientes con ISR sintomática de miembros inferiores. La NA aumenta tanto en frecuencia como en extensión cuanto mayor es el tiempo transcurrido desde la implantación del stent. Los fibroateromas de capa gruesa son el patrón predominante de ISR. Estos hallazgos indican un proceso aterosclerótico activo que puede necesitar estrategias de mitigación personalizadas.

Dra. Giuliana A. Supicciatti
Miembro del Comité Editor CACI

Título original: Prevalence and patterns of in-stent neoatherosclerosis in lower extremity artery disease
DOI: 10.4244/EIJ-D-22-00615