Los aneurismas arteriales coronarios (AAC) se definen como una dilatación de un segmento arterial coronario mayor a 1.5 veces el diámetro de las arterias adyacentes de tamaño normal. Pueden ser difusos y afectar todo el trayecto de la arteria o focales y afectar solo un segmento arterial específico. Representan una entidad infrecuente pudiendo encontrarse entre un 3 a un 8% de los estudios angiográficos. Su incidencia ha ido aumentando con el advenimiento de nuevas y mejores técnicas de imágenes cardíacas. Si bien existen múltiples etiologías, la aterosclerosis representa hasta el 50% de los casos. Se desconoce la evolución de los aneurismas coronarios sin estenosis significativas asociadas y sin otra causa etiológica tratable. Por tal motivo, Iván Sánchez-Sánchez y colaboradores, realizaron este estudio con el objetivo de definir las características clínicas, identificar variables que predicen los resultados y proporcionar datos a largo plazo sobre los AAC.

Para el análisis se incluyeron 1.729 pacientes consecutivos inscriptos en el Registro CAAR (Registro de Aneurismas de la Arteria Coronaria). Se trata de un registro observacional, multicéntrico, internacional y ambispectivo que abarcó 33 hospitales en 9 países de América y Europa.

El criterio de valoración principal fue la ocurrencia de eventos cardiovasculares adversos mayores (MACE), definidos como un compuesto de muerte por cualquier causa, insuficiencia cardíaca (IC), angina inestable y reinfarto.

La edad promedio de los pacientes fue de 66 años y la mayoría eran hombres (78.6%). Los factores de riesgo cardiovascular clásicos fueron comunes, como la enfermedad arterial coronaria (85.8%; 1.484/1.729), la enfermedad vascular periférica (10.9%; 188/1.729) y la enfermedad renal crónica (8.0%; 138/1.729). El territorio más afectado fue la arteria descendente anterior izquierda (49.6%) y el número mediano de aneurismas por paciente fue de 1.0 (Q1-Q3: 1.0-1.0). Una gran parte de los pacientes incluidos en este estudio se sometió a algún procedimiento de revascularización (68.5%), principalmente intervención coronaria percutánea (50.7%), y fueron dados de alta con terapia antiplaquetaria doble (65.6%).

Tras un seguimiento mediano de 44.8 meses, 379 pacientes fallecieron (21.9%) y 641 (37.1%) desarrollaron un evento cardiovascular adverso mayor (MACE). En el análisis multivariable, los predictores independientes de MACE fueron: la edad (HR: 1.03; IC 95%: 1.02-1.04; P < 0.001), la presencia de diabetes mellitus (HR: 1.47; IC 95%: 1.23-1.75; P < 0.001), la insuficiencia renal (HR: 1.53; IC 95%: 1.19-1.96; P = 0.010), la enfermedad vascular periférica (HR: 1.43; IC 95%: 1.13-1.82; P = 0.003), la fracción de eyección ventricular izquierda reducida (HR: 0.98; IC 95%: 0.98-0.99; P < 0.001), la indicación aguda para la angiografía coronaria índice (HR: 1.30; IC 95%: 1.08-1.55; P = 0.005) y el número de vasos coronarios con estenosis severa (HR: 1.11; IC 95%: 1.02-1.20; P = 0.015). Durante el seguimiento solo 37 pacientes presentaron complicaciones locales relacionadas con el aneurisma.

CONCLUSIONES:

El pronóstico a largo plazo de los aneurismas coronarios está influenciado negativamente por los factores de riesgo asociados con la enfermedad aterosclerótica, destacando la necesidad de un manejo integral para mitigar los eventos adversos cardiovasculares mayores.

Dra. Giuliana A. Supicciatti
Miembro del Comité Editor CACI

TÍTULO ORIGINAL: Long-Term Prognosis of Coronary Aneurysms: Insights of CAAR, an International Registry.

CITA: Sánchez-Sánchez et al. J Am Coll Cardiol Intv. 2024 Nov, 17 (22) 2681–2691

REFERENCIA: https://www.jacc.org/doi/abs/10.1016/j.jcin.2024.08.034