Aún tras el advenimiento de los stents liberadores de fármacos (DES) de nueva generación, la reestenosis intrastent (ISR por sus siglas en inglés) sigue siendo un problema relevante. Aunque es poco frecuente, datos recientes sugieren que el tratamiento de la ISR representa entre el 5% y el 10% de todos los procedimientos de intervención coronaria percutánea (ICP) en la práctica clínica. Las últimas guías de práctica clínica de la Sociedad Europea de Cardiología recomiendan tanto los DES de nueva generación como los balones recubiertos de fármaco (DCBs) como las mejores estrategias actualmente disponibles (Clase I, Nivel de Evidencia: A). También se ha sugerido el valor de los andamios vasculares biorreabsorbibles (BVS) en pacientes con ISR. La lógica es beneficiarse de las fuertes propiedades antiproliferativas de estos dispositivos que, eventualmente desaparecen por completo de la pared del vaso, evitando así otra capa metálica permanente. El estudio prospectivo multicéntrico RIBS VI evaluó sistemáticamente la seguridad y eficacia de los BVS en pacientes con ISR con resultados angiográficos y clínicos tardíos similares en comparación con los DCBs al año. Sin embargo, estas dos estrategias (BVS y DCB) produjeron resultados clínicos y angiográficos inferiores en comparación con los DES de nueva generación. En el presente estudio, Javier Cuesta y colaboradores, evaluaron la eficacia clínica a largo plazo y la seguridad de los BVS en pacientes con ISR. Además, compararon los BVS con las modalidades de tratamiento bien establecidas (DES y DCBs) en este desafiante escenario anatómico.

RIBS VI fue un estudio prospectivo multicéntrico que incluyó a pacientes tratados con BVS tanto para ISR de stent de metal desnudo (BMS) como para ISR de DES. El estudio RIBS VI Scoring también fue un estudio prospectivo multicéntrico diseñado posteriormente para determinar el valor potencial de la predilatación sistemática con balón de puntuación antes de la colocación de BVS en pacientes con ISR. Entre los dos estudios se incluyeron un total de 718 pacientes de 19 hospitales universitarios españoles, desde abril de 2014 hasta septiembre de 2017. El criterio de valoración principal fue el diámetro luminal mínimo en el seguimiento a 3 años.

El seguimiento clínico a 3 años se completó en el 100% de los pacientes. La tasa de revascularización de la lesión objetivo (TLR) a los 3 años después de BVS fue del 14.1% (vs. 12.9% después de los DCBs [no significativo] y 5.2% después de los DES [HR: 2.80; IC 95%: 1.47-5.36; P = 0.001]). En un análisis de hito (>1 año), la tasa de TLR después de BVS fue mayor que después de DES (HR ajustado: 3.41; IC 95%: 1.15-10.08) y de los DCBs (HR ajustado: 3.33; IC 95%: 1.14-9.70).

A los 3 años, 6 de 220 (2.7%) pacientes en el grupo de BVS experimentaron trombosis del dispositivo definitiva/probable en comparación con 5 de 249 (2.0%) pacientes en el grupo de DCB y 2 de 249 pacientes (0.8%) en el grupo de DES. 4 de 220 pacientes (1.8%) en el grupo de BVS sufrieron trombosis definitiva/probable del stent muy tardía (>1 año) frente a 1 de 249 (0.4%) en el grupo de DCB (P = NS) y ninguno en el grupo de DES (P = 0.03).

Conclusiones:

En pacientes con ISR, los DES ofrecen mejores resultados clínicos a largo plazo que los balones liberadores de fármacos (DCBs) y los andamios vasculares biorreabsorbibles (BVS). Más allá del primer año, los DCBs son más seguros y efectivos que los BVS.

Dra. Giuliana A. Supicciatti
Miembro del Comité Editor CACI

Título original: Long-Term Results of Bioresorbable Vascular Scaffolds in Patients With In-Stent Restenosis. The RIBS VI Study
Cuesta et al. JACC Cardiovasc Interv 2024; 17:1825–1836