El reemplazo valvular aórtico percutáneo (TAVI) es una de las principales estrategias de abordaje terapéutico para pacientes portadores de una estenosis aórtica severa sintomática. Así, la enfermedad coronaria aterosclerótica con estenosis angiográficamente significativas es una entidad clínica con elevada prevalencia en pacientes sometidos a un TAVI, siendo el manejo de este subgrupo motivo de debate.
Diversos estudios han demostrado resultados divergentes en relación a la revascularización de la enfermedad coronaria en pacientes sometidos a un TAVI. En este contexto, mientras un estudio aleatorizado ha identificado un potencial efecto negativo en relación a la revascularización coronaria previo al TAVI asociado a un incremento de eventos hemorrágicos, datos de un registro de pacientes pertenecientes al ‘mundo real’ nos ha demostrado que un tratamiento individualizado pareciera ser la mejor opción, siendo los pacientes revascularizados durante o luego del TAVI el subgrupo con mayor beneficio.
El objetivo del presente estudio realizado por Ian Persits y colaboradores de la Cleveland Clinic (USA) fue analizar las implicancias clínicas de los distintos grados de severidad de la enfermedad coronaria aterosclerótica no revascularizada en pacientes sometidos a un TAVI.
Se realizó con este propósito un estudio de cohorte retrospectivo incluyendo para el análisis pacientes sometidos a un TAVI durante el periodo comprendido entre enero de 2015 a noviembre de 2021. Así, se identificó el subgrupo de pacientes portadores de enfermedad coronaria ateroesclerótica concomitante a su valvulopatía aórtica, estratificándolos de acuerdo a la severidad de su cardiopatía coronaria. Se analizó como objetivo primario a la mortalidad por todas las causas, eventos cardiovasculares adversos mayores (MACE) y revascularizaciones no planificadas post TAVI entre los subgrupos.
Se incluyeron para el análisis un total de 1.911 pacientes. Del total de la población muestral incluida, el 75% presentaban enfermedad coronaria aterosclerótica no obstructiva, mientras que el 6%, 10% y 9% presentaba enfermedad coronaria con riesgo intermedio, alto y riesgo extremo, respectivamente. A su vez, se observó una baja incidencia de complicaciones periprocedimiento, con un 0.4% de mortalidad, 0.1% de shock y un requerimiento de membrana de oxigenación extracorpórea del 0.1%, sin diferencias significativas entre ambos subgrupos.
Con una mediana de seguimiento de 12 meses, en el subgrupo con enfermedad coronaria no obstructiva concomitante se observó una ocurrencia de síndrome coronario agudo y revascularización no planificada post TAVI del 0.7% y 0.5%, respectivamente, con un incremento en la incidencia a mayor severidad de enfermedad coronaria (p < 0.001 para ambas comparaciones). Por contraparte, mediante un análisis multivariado no se observó una diferencia estadísticamente significativa en términos de mortalidad por todas las causas o MACE entre los diferentes subgrupos de severidad coronaria.
Mediante un análisis de tiempo al evento, a un año de seguimiento post TAVI se observó una ocurrencia de síndrome coronario agudo y revascularización no planificada del 98% dentro del subgrupo de enfermedad coronaria no obstructiva, en relación a un 98% del subgrupo con enfermedad obstructiva (94%, test Log Rank p < 0.001).
Conclusiones:
En pacientes con estenosis aórtica severa y enfermedad coronaria ateroesclerótica coronaria no revascularizada concomitante, se podría realizar un reemplazo valvular aórtico percutáneo (TAVI) en forma segura, con una baja ocurrencia de eventos clínicos adversos en el seguimiento a un año.
Dr. Cristian M. Garmendia
Miembro del Comité Editor CACI
Título original: Impact of untreated chronic obstructive coronary artery disease on outcomes after transcatheter aortic valve replacement
Persits I, et al. European Heart Journal, ehae019