Diversos estudios aleatorizados y meta-análisis de la evidencia nos han demostrado que la angioplastia transluminal coronaria (ATC) mediante el implante de un stent liberador de fármacos (DES) optimizada mediante un método de imagen endovascular presenta un beneficio en términos de reducción de eventos clínicos adversos en el seguimiento, en relación al procedimiento bajo guía angiográfica. Sin embargo, hasta la fecha no se cuenta con una prevalencia contemporánea del uso de imágenes endovasculares como estrategia de optimización de la ATC.

El objetivo del presente estudio realizado por Ryan D. Madder y colaboradores del Frederik Meijer Heart & Vascular Institute (Estados Unidos) fue analizar la prevalencia de utilización de imágenes endovasculares como guía de ATC a nivel hospitalario como así también centrado en los cardiólogos intervencionistas.

Se realizó con este propósito un análisis de la cohorte de pacientes incluidos en el registro Blue Cross Blue Shield of Michigan Cardiovascular Consortium (BMC2) que incluyó pacientes sometidos a una ATC pertenecientes a 48 hospitales federales del estado de Michigan, incluidos durante el periodo comprendido entre julio de 2019 a marzo de 2021, con el fin de incrementar la calidad de atención institucional. Se analizó la prevalencia de la utilización de métodos de imagen endovascular (ultrasonido endovascular [IVUS] o tomografía de coherencia óptica [OCT]) con el fin de optimizar el procedimiento de ATC. A su vez, se realizó mediante un modelo de análisis Bayesiano la identificación de variables vinculadas a la utilización de métodos por imagen, y un análisis a fin de determinar la prevalencia de imagen endovascular a nivel de los centros médicos y de los cardiólogos intervencionistas, respectivamente.

Se incluyeron para el análisis un total de 48.872 procedimientos de ATC. La edad promedio de la población muestral fue de 66.5±11.8 años, con un 68.1% de sexo masculino y una elevada carga de comorbilidades cardiovasculares concomitantes. La fracción de eyección ventricular izquierda promedio fue de 51.2±14.0%, siendo la principal indicación de la ATC el síndrome coronario agudo sin elevación del segmento ST (SCASEST, 40.4%).

Del total de la cohorte analizada, se utilizó un método de imagen endovascular como herramienta de optimización de la ATC en el 16.6% (n=8094). Así, la mediana de frecuencia de su utilización a nivel del centro médico como del cardiólogo intervencionista fue de 8.8% (RIC 3.1-16.0%), y de 6.1% (RIC 1.1-25.0%), respectivamente.

Mediante el análisis Bayesiano, se identificó a la ATC del tronco de coronaria izquierda (OR ajustado 4.41 [IC95% 3.82-5.10]), la ATC del segmento proximal de la arteria descendente anterior (OR ajustado 2.28 [IC95% 2.00-2.59]), la ATC de reestenosis intrastent (OR ajustado 1.55 [IC 95% 1.40-1.72]), y a la consulta previa a la ATC con el Servicio de Cirugía Cardiaca (OR ajustado 1.21 [IC95% 1.07-1.37]) como factores predictores independientes de la utilización de métodos de imagen endovascular como herramientas para la optimización de la ATC.

Por contraparte, el antecedente de cirugía de revascularización miocárdica (CRM) previa (OR ajustado 0.56 [IC95% 0.50-0.62]), la ATC de arteria circunfleja (OR ajustado 0.74 [IC 95% 0.67-0.82]), la angina de reciente comienzo (OR ajustado 0.77 [IC 95% 0.63-0.94]), la presentación clínica como SCASEST (OR ajustado 0.84 [IC 95% 0.73-0.98]), y la edad elevada (OR ajustado por cada 5 años de incremento 0.95 [IC95% 0.93-0.96]) fueron identificados como factores predictores de la no utilización de imágenes endovasculares durante la ATC, respectivamente.

En términos de las características relacionadas al procedimiento terapéutico, el subgrupo de pacientes sometidos a una ATC con optimización mediante métodos por imagen presentó un mayor tiempo de fluoroscopia (16.69±12.43 vs. 25.79±19.67 min; p<0.001), dosis de kerma aire (1.34±1.32 vs. 1.55±1.44 Gy; p<0.001), y producto dosis-área (99.02±177.48 vs. 107.52±126.83 Gy⋅cm2; p<0.001), en relación al subgrupo sin utilización de métodos por imagen, sin observarse una diferencia estadísticamente significativa en relación al volumen de contraste utilizado (140.01±59.18 vs. 140.41±61.69; p=0.581).

Se observó un incremento longitudinal en la utilización de los métodos de imagen endovascular a lo largo del periodo de estudio, lo que se encuentra probablemente vinculado a los estudios clínicos que han demostrado su beneficio en términos de reducción de eventos clínicos adversos. A su vez, se plantean como posibles factores que limitan su utilización a la costo-efectividad, experiencia de los cardiólogos intervencionistas en la interpretación de las imágenes obtenidas y el tiempo adicional que se requiere para realizar un método de imagen endovascular durante una ATC.

Conclusiones

La utilización de imágenes endovasculares como estrategia de optimización de la angioplastia transluminal coronaria se ha incrementado en los últimos años, siendo la angioplastia del tronco de la coronaria izquierda o segmento proximal de arteria descendente anterior, angioplastia de reestenosis intrastent o la consulta previa al Servicio de Cirugía Cardiovascular los factores mayormente asociados a su utilización.

Dr. Cristian M. Garmendia
Miembro del Comité Editor CACI

Título original: Rates of Intracoronary Imaging Optimization in Contemporary Percutaneous Coronary Intervention: A Report From the BMC2 Registry.
Originally published18 Oct 2022 | Cardiovascular Interventions. 2022;15