La cardiopatía isquémica asociada a disfunción sistólica del ventrículo izquierdo (DSVI) es una entidad de elevada morbimortalidad a nivel global, siendo su principal causa de muerte las arritmias ventriculares malignas asociadas a muerte súbita (MS) cardíaca.

La generación de arritmias ventriculares malignas en este subgrupo de pacientes se vinculan tanto al monto de tejido cicatrizal miocardio como a la severidad de isquemia inducible. De esta forma, la realización de una revascularización coronaria (mediante cirugía de revascularización miocárdica [CRM] o angioplastia coronaria [ATC]) mejoraría la función sistólica ventricular, por lo que las Guías de Manejo Clínico recomiendan diferir el implante de un cardiodesfibrilador (CDI) como prevención primaria por 90 días desde la revascularización.

El estudio REVIVED-BCIS2 no logró demostrar una reducción de la mortalidad total u hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca asociada a la ATC en pacientes con DSVI de etiología isquémica; sin embargo, dentro del subgrupo de pacientes portadores de un CDI o resincronizador (CRT), la revascularización redujo la ocurrencia de choques apropiados del CDI, en relación al tratamiento médico óptimo (TMO) aislado.

El objetivo del presente estudio realizado por Divaka Perera y colaboradores del St Thomas’ Hospital (UK) fue analizar las implicancias clínicas de la revascularización coronaria de pacientes con DSVI isquémica, en términos de mortalidad y arritmias ventriculares en el seguimiento y choques del CDI.

Se realizó con este propósito un sub-análisis de la cohorte del estudio REVIVED-BCIS2, un estudio aleatorizado multicéntrico abierto que incluyó pacientes con DSVI severa de etiología isquémica con evidencia de enfermedad coronaria ateroesclerótica extensa y presencia de viabilidad miocárdica, aleatorizando al total de la cohorte a recibir revascularización mediante ATC+TMO, o al TMO aislado. Se analizó como objetivo primario al combinado de muerte por todas las causas y MS abortada (definida por el implante apropiado de un CDI o un paro cardíaco reanimado exitosamente) con un seguimiento a 24 meses. Como objetivos secundarios se analizó la muerte por causa cardiovascular (CV) o MS abortada, choques apropiados por CDI o arritmia ventricular sostenida.

Se incluyeron para el análisis un total de 700 pacientes. La edad promedio de la población muestral fue de 69 años, con un 88% de sexo masculino y una gran carga de comorbilidades CV concomitantes, con una mediana de FEVI de 28% y un 53.1% con antecedentes de implante de CDI previo a la aleatorización.

En términos del objetivo primario, no se observaron diferencias estadísticamente significativas en la ocurrencia de muerte total o MS abortada entre ambos subgrupos analizados (41.6% vs. 40.2%; HR ajustado 1.03 [IC95% 0.82-1.30]; p=0.80). A su vez, en términos del objetivo secundario, no se observaron diferencias significativas en relación a la ocurrencia de arritmia ventricular sostenida o choques apropiados de CDI (27.0% vs. 28.4%. HR 0.87 [IC95% 0.59-1.28]; p=0.47). Mediante un análisis de sensibilidad contemplando solo al subgrupo de pacientes con CDI o CRT al momento de la aleatorización o dentro de los 90 días, tampoco se observaron diferencias significativas en términos del objetivo primario (HR 0.82 [IC95% 0.57-1.18]; p=0.29).

Conclusiones:

En pacientes con disfunción sistólica del ventrículo izquierdo de etiología isquémica, la revascularización mediante angioplastia coronaria asociada al tratamiento médico no redujo en forma estadísticamente significativa la ocurrencia de arritmias ventriculares sostenidas o choques apropiados del CDI, en relación al tratamiento médico óptimo aislado.

Dr. Cristian M. Garmendia
Miembro del Comité Editor CACI

Título original: Arrhythmia and Death Following Percutaneous Revascularization in Ischemic Left Ventricular Dysfunction: Prespecified Analyses From the REVIVED-BCIS2 Trial
https://doi.org/10.1161/CIRCULATIONAHA.123.065300