La angioplastia carotídea es un procedimiento que se realiza a los pacientes que tienen obstrucciones en las arterias que irrigan al cerebro, las arterias carotídeas. Estas obstrucciones están causadas por depósitos de colesterol (“ateromas”) que impiden el adecuado paso de la sangre para irrigar el tejido cerebral.

Este procedimiento se realiza a través de catéteres, pequeños y finos tubos de pocos milímetros de diámetro, que se introducen en las arterias a través de una pequeña punción en la muñeca o en la ingle; es por ello que se considera un procedimiento mínimamente invasivo. Por dentro de estos catéteres, se colocan distintos elementos que permiten desobstruir la arteria afectada, restaurando el normal flujo de sangre a través de ella.

Esta intervención se practica utilizando Rayos -X (como los que se usan para hacer una radiografía) y contraste Iodado, que se inyecta a través de los catéteres.

Normalmente el procedimiento finaliza con el implante de uno o más stents en el sitio tratado.

Luego de una angioplastia carotídea, suele requerirse una breve internación para el control del paciente en las horas posteriores al procedimiento. Este tiempo es variable en cada institución.

Si Ud. debe realizarse una angioplastia carotídea, es importante que hable con su cardiólogo/a intervencionista previamente para poder evacuar todas las dudas que tenga al respecto y se le expliquen los beneficios, riesgos y eventuales complicaciones de la misma.